martes, 8 de abril de 2008

Sobre lo que damos por hecho.

Como hemos ido comentando el tiempo ha pasado y nuestra percepción ha cambiado. El paradigma de lo que se puede considerar "normal" se ha desplazado influenciado por montones de experiencias irlandesas. Vivimos en la Irlanda sumergida, ese submundo creado por una psique colectiva de extranjeros que habitamos Dublín, cada uno con su pasado y su futuro. Si miro la agenda de mi teléfono móvil los irlandeses brillan por su ausencia, vivo en una Irlanda que no conocen los irlandeses a la par que yo tampoco conozco su verdadera Irlanda. No es un hecho especial, yo también viví en el Madrid de los madrileños rodeado del otro submundo y cientos de submundos más, con cuyo mayor contacto era compartir un vagón de metro.

Sin embargo, yendo al centro de la cuestión de este post, lo que doy por hecho en las personas con las que me cruzo en la vida ha cambiado. Hay nuevas características que absolutamente todos tenemos aquí y que por otro lado antes nadie tenía. Una de ellas es que todos en un momento de nuestra vida hemos decidido irnos a Irlanda. Diferentes motivos, diferentes momentos; pero todos sopesamos nuestros factores y acabamos aquí. Parece algo demasiado obvio, pero no lo es. Todos hemos llegado sin una vida irlandesa prehecha y con una visión abierta del mundo. Quizá dos buenas razonas para que los irlandeses y yo solo compartamos... un vagón de metro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno el post. Es cierto que sorprende ver cómo aquí tienes tantas cosas en común con gente que en España jamás hubieses mirado de la misma manera, a veces más en común incluso que con alguna de la gente que dejaste atrás... Supongo que es ese sentimiento de desarraigo el que más nos une, y el que más nos separa de los locales.
Por cierto, que ojalá que de verdad hubiese metro aquí :).